Las distintas reacciones al mismo pronunciamiento de la Verdad conforman, en sí misma, el constante transcurrir de la evolución espiritual dentro del funcionamiento impersonal de la Totalidad. Los seres humanos individuales son simplemente los instrumentos a través de los cuales está ocurriendo esta evolución. Y esta evolución comienza cuando la Consciencia se identifica a sí misma como entidad separada al identificarse con cada individuo. La identificación prosigue a través de varias vidas, buscando el placer por medio de los objetos de los sentidos. Entonces, repentinamente, aparece en un organismo cuerpo-mente en particular el sentido de imparcialidad, la no-pasión por los objetos de los sentidos, y comienza el proceso de des-identificación, de búsqueda, que continúa durante varias vidas. Finalmente el proceso concluye en la desidentificación total con el organismo cuerpo-mente como entidad separada. La iluminación ocurre como un suceso impersonal dentro de la Consciencia, a través del instrumento conformado por un organismo cuerpo-mente en particular que ha sido concebido y creado como un organismo lo suficientemente evolucionado como para ser capaz de recibir la apercepción repentina. Es necesario comprender dos aspectos importantes de esta evolución espiritual:
a) La evolución es un proceso impersonal dentro del funcionamiento del Todo y, por consiguiente
b) ninguna entidad individual puede estarse preocupando por ser un hacedor independiente para lograr la iluminación.
La iluminación repentina sí produce cierto cambio en la perspectiva del organismo cuerpo-mente "individual", particularmente en el período entre lo que un sabio taoísta denomina la "iluminación y la "liberación". Incluso después de que ocurre la iluminación el individuo debe forzosamente continuar funcionando, durante el resto de su vida, como un organismo cuerpo-mente separado. Por supuesto que no puede haber una regla absoluta con respecto a los cambios que ocasionará el hecho de que la iluminación haya ocurrido. Por lo general, el individuo en cuestión continuará viviendo como vivía antes, pero no es totalmente improbable que su gusto por el placer sufra una sutil transformación. Puede que la gente halle que este individuo ya no es tan "buena compañía" como solía ser. Puede que él ahora disfrute más de su soledad. Este tipo de cambios están destinados a suceder ya que, aunque la identidad con el cuerpo individual debe continuar necesariamente para que el cuerpo cumpla sus funciones en la vida, el sentido de ser el hacedor, el sentido de ser una entidad separada está ausente. En otras palabras, aunque el individuo continúa viviendo su vida más o menos como antes, ya no se involucra personalmente con nada de lo que pasa. Sea lo que sea que pase puede que tenga una reacción inmediata, pero es totalmente superficial, como una suave ola en la superficie de un lago. Sea lo que sea que pase será presenciado, sin ningún sentimiento personal de participación o de estarse involucrando.
Ramesh S. Balsekar
Un Dueto de Uno.
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