miércoles, 11 de noviembre de 2015

Soy el Hijo de Dios, pleno, sano e íntegro, resplandeciente en el reflejo de Su Amor. En mí Su creación se santifica y se le garantiza vida eterna. En mí el amor alcanza la perfección, el miedo es imposible y la dicha se establece sin opuestos. Soy el santo hogar de Dios Mismo. Soy el Cielo donde Su Amor reside. Soy Su santa Impecabilidad Misma, pues en mi pureza reside la Suya Propia.

UCDM

domingo, 26 de octubre de 2014

Entonces el silencio llega
en el cual no hay forma, ni sonido, ni sueño.
Había una cruz, pero ha desaparecido.
Había un mundo, pero sólo hay Dios.

The Gifts of God - Los regalos de Dios  
Helen Schucman

martes, 6 de mayo de 2014

Sé dichoso.

Por medio de una mente regulada y un intelecto (budhi) purificado, una vez te sea revelado el Conocimiento, experimenta por ti mismo tu propio Ser manifestándose dentro de tu cuerpo e identifícate con él. Cruza el océano infinito del Samsara, cuyas olas son el nacimiento y la muerte, y estableciéndote firmemente en Brahman, que es tu propia esencia; sé dichoso.

Sankara
La Joya del Discernimiento

viernes, 19 de julio de 2013

El Jnani

Para el Jnani que ha conocido la identidad de su ser interior con el infinito Brahman, no hay renacimiento, ni migración, si siquiera liberación, porque él ya está liberado.

Él está firmemente establecido en una experiencia de la Existencia Absoluta, Conocimiento, Dicha, el Sat-Chi-Ananda Atman.

La continua existencia del mundo y de su cuerpo aparecen para el Jnani como una ilusión, la apariencia que no puede remover, pero que ya no lo engaña, hasta que después de la muerte del cuerpo, él no va hacia adelante, pero permanece donde está y lo que es y lo que enternamente fue, el primer principio de todos los seres y cosas: El original, eterno, puro libre Brahman.

Mientras vive e incluso el cuerpo cae muerto, el Jnani descansa en su propia naturaleza esencial, su propio Swarupa, que está totalmente lleno y totalmente puro, sin-tiempo:  Conciencia y Dicha.

Las siguientes afirmaciones hechas por el Jnani, constituyen sus propias convicciones y experiencias profundas:

Yo soy infinito, imperecedero, auto-luminoso, auto-existente. Yo soy sin comienzo ni final, sin decadencia, sin nacimiento, sin muerte. Nunca yo nací, soy siempre libre, perfecto, independiente. Solo yo soy. Yo penetro el universo entero, soy totalmente impregnante e interpenetrante. Soy Paz Suprema y Libertad Absoluta.

Un Jnani vive por siempre, él ha obtenido vida eternamente duradera. Deseos no lo torturan, pecados no lo manchan, muerte y nacimiento no lo tocan. Él está libre de todo deseo y anhelo.

Descansa por siempre en su propio Sat-Chi-Ananda Swarupa. El ve el Ser infinito en todo y todo es el Ser infinito, el cual es su existencia. El permanece por siempre como Ser infinito de la Conciencia y la Dicha.
Robert Adams - Satsang 2 de julio 1992

miércoles, 12 de junio de 2013

No hay la menor distancia, ni temporal ni espacial, entre el Sí mismo y la situación presente, de forma que no tiene ningún sentido buscarlo fuera de este preciso instante y lugar. Ningún trayecto nos conduce hacia aquí. Ningún proceso nos acerca al ahora. Todos los caminos de búsqueda nos separan, pues, de la inmutable meta siempre presente. Nuestras ansias por encontrar la verdad nos ocultan el descubrimiento de su diáfana autoevidencia.

José Díez Faixat

lunes, 28 de enero de 2013

El puente

El puente a través del cual Él quiere llevarte en Sus brazos, te lleva del tiempo a la eternidad. Despierta del tiempo, y sin miedo alguno contesta la llamada de Aquel que te hizo eterno cuando te creó. A este lado del puente que conduce hacia la intemporalidad no entiendes nada. Pero conforme lo cruces con paso ligero, sostenido por la intemporalidad, se te conducirá directamente al Corazón de Dios. Y ahí, y sólo ahí, en el centro de Su Corazón, estarás a salvo para siempre porque gozarás de compleción eternamente. No hay velo que el Amor de Dios en nosotros no pueda descorrer. El camino a la verdad está despejado. Recórrelo conmigo. 

Un Curso de Milagros

jueves, 15 de noviembre de 2012

La jornada llega a su fin

La jornada llega a su fin, y acaba donde comenzó. No queda ni rastro de ella. Ya no se le otorga fe a ninguna ilusión, ni queda una sola mota de oscuridad que pudiese ocultarle a nadie la faz de Cristo. Tu Voluntad se hace, total y perfectamente, y toda la creación Te reconoce y sabe que Tú eres la única Fuente que tiene. La Luz, clara como Tú, irradia desde todo lo que vive y se mueve en Ti. Pues hemos llegado allí donde todos somos uno, y finalmente estamos en casa, donde Tú quieres que estemos.

Un Curso de Milagros

domingo, 16 de septiembre de 2012

La canción olvidada

Escucha ... tal vez puedas captar un leve atisbo de un estado inmemorial que no has olvidado del todo; tal vez sea un poco nebuloso, mas no te es totalmente desconocido: como una canción cuyo título olvidaste hace mucho tiempo, así como las circunstancias en las que la oíste. No puedes acordarte de toda la canción, sino sólo de algunas notas de la melodía, y no puedes asociarla con ninguna persona o lugar, ni con nada en particular. Pero esas pocas notas te bastan para recordar cuán bella era la canción, cuán maravilloso el paraje donde la escuchaste y cuánto amor sentiste por los que allí estaban escuchándola contigo.

Las notas no son nada. Sin embargo, las has conservado, no por ellas mismas, sino con un dulce recordatorio de lo que te haría llorar si recordases cuán querido era para ti. Podrías acordarte, pero tienes miedo, pues crees que perderías el mundo que desde entonces has aprendido a conocer. Sin embargo, sabes que nada en este mundo es ni la sombra de aquello que tanto amaste. Escucha y mira a ver si te acuerdas de una canción muy vieja que sabías hace mucho tiempo y que te era más preciada que cualquier otra melodía que te hayas enseñado a ti mismo desde entonces.

Más allá del cuerpo, del sol y de las estrellas, más allá de todo lo que ves, y, sin embargo, en cierta forma familiar para ti, hay un arco de luz dorada que al contemplarlo se extiende hasta volverse un círculo enorme y luminoso. El círculo se llena de luz ante tus ojos. Sus bordes desaparecen, y lo que había dentro deja de estar contenido. La luz se expande y envuelve todo, extendiéndose hasta el infinito y brillando eternamente sin interrupciones ni límites de ninguna clase. Dentro de ella todo está unido en una continuidad perfecta. Es imposible imaginar que pueda haber algo que no esté dentro de ella, pues no hay lugar del que esta luz esté ausente.

Ésta es la visión del Hijo de Dios, a quien conoces bien. He aquí lo que ve el que conoce a su Padre. He aquí el recuerdo de lo que eres: una parte de ello que contiene todo ello dentro de sí, y que está tan inequívocamente unida a todo como todo está unido en ti. Acepta la visión que te puede mostrar esto y no el cuerpo. Te sabes esa vieja canción, y te la sabes muy bien. Nada te será jamás tan querido como este himno inmemorial de amor que el Hijo de Dios todavía le canta a su Padre.

Y ahora los ciegos pueden ver, pues esa misma canción que entonan en honor de su Creador los alaba a ellos también. La ceguera que inventaron no podrá resistir el vibrante recuerdo de esta canción. Y contemplarán la visión del Hijo de Dios, al recordar quién es aquel al que cantan. ¿Qué es un milagro, sino este recordar?, ¿Y hay alguien en quien no se encuentre esta memoria? La luz en uno despierta la luz en los demás. Y cuando la ves en tu hermano, la recuerdas por todos.

Un Curso de Milagros

jueves, 28 de junio de 2012

Hay una luz que este mundo no puede dar.

Hay una luz que este mundo no puede dar. Mas tú puedes darla, tal como se te dio a ti. Y conforme la des, su resplandor te incitará a abandonar el mundo y a seguirla. Pues esta luz te atraerá como nada en este mundo puede hacerlo. Y tú desecharás este mundo y encontrarás otro. Ese otro mundo resplandece con el amor que tú le has dado. En él todo te recordará a tu Padre y a Su santo Hijo. La luz es ilimitada y se extiende por todo ese mundo con serena dicha. Todos aquellos que trajiste contigo resplandecerán sobre ti, y tú resplandecerás sobre ellos con gratitud porque te trajeron hasta aquí. Tu luz se unirá a la suya dando lugar a un poder tan irresistible que liberará de las tinieblas a los demás según tu mirada se pose sobre ellos.
 
 
Un Curso de Milagros

martes, 3 de enero de 2012

Karma

Cuando le consultaban a Ramana Maharshi sobre el karma, decía que es una ley solamente aplicable mientras haya ego, y desafiando las creencias de muchos, no aconsejaba realizar acciones buenas, ni evitar las acciones malas, si no desapegarse de ellas, evitando la identificación a través de la idea de “yo soy el hacedor”.


De “Sea como usted es”:

“Cuanto más rectifica usted su karma, tanto más se acumula. Encuentre la raíz del karma y córtela”.

“A menos que el hacedor de los karmas, el ego, sea aniquilado por la indagación, no puede ser obtenida la paz perfecta de la felicidad suprema”

Pregunta: Si yo no soy el cuerpo, ¿por qué soy responsable de las consecuencias de mis acciones buenas y malas?
Respuesta: Si usted no es el cuerpo y no tiene la idea «yo soy el hacedor», las consecuencias de sus acciones buenas o malas no le afectarán. ¿Por qué dice usted sobre las acciones que el cuerpo lleva a cabo «yo hago esto» o «yo hice aquello»? Mientras usted se identifica con el cuerpo de esta manera, usted es afectado por las consecuencias de las acciones, es decir, mientras se identifica con el cuerpo usted acumula karma bueno y malo.

“Hasta la realización habrá karma, es decir acción y reacción. Después de la realización no habrá ningún karma y ningún mundo”

“Cuando no hay ningún «yo» no hay ningún karma”.